viernes, 11 de diciembre de 2015

Hacia una política de cluster en Chile

En este año 2015 a punto de culminar han ocurrido dos hitos importantes que, a mi juicio, van a tener un gran impacto en la agenda pública y privada en materia de ciencia, tecnología e innovación.

La primera fue el anuncio de la inversión en I+D respecto al PIB, en la cual Chile avanzó ligeramente del 0,36% (2012) al 0,39% (2013). Como el principal indicador para medir el esfuerzo que realiza el país en la materia, Chile aún está lejos del promedio OECD del 2,4%. Una de las razones para explicar este atraso es la baja participación del sector privado, con 36%; mientras que en países líderes, los privados participan con el 60%. 

Es evidente que Chile requiere agilizar y articular su Sistema Nacional de Innovación en el corto plazo, desarrollando un mayor compromiso del sector privado. Es así como el segundo acontecimiento apunta en esa dirección, cuando la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) confirmó que retoma la política de "clusters", abandona por la administración anterior (2010-2014). Pero esta vez fue renombrada como "Programas Estratégicos de Especialización Inteligente".  

Quizás se queda en el tintero un tercer acontecimiento como fue la renuncia de Francisco Brieva a la presidencia de Conicyt (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica). Esto levantó una gran preocupación en la comunidad científica, quienes han expresado la urgencia de tener una política a largo plazo de ciencia y tecnología. Entre las decisiones estratégicas más significativas se puede mencionar la necesidad de tener una política de inserción para los jóvenes investigadores nacionales que se están formando (con recursos públicos) tanto en Chile como el extranjero. Pues bien, este blog pretender contribuir en esa dirección. 

¿Qué es un cluster? y ¿por qué importa?

Porter (1998) define cluster como una concentración geográfica de compañías e instituciones interconectadas en un área geográfica en particular; en ella operan dos fuerzas económicas: convergencia y aglomeración.

La aglomeración ha sido un aspecto primordial de la economía geográfica, compuesto por tres conductores: vínculos input-output, desarrollo del mercado laboral y transferencias (spillovers) de conocimiento. 

La aglomeración puede surgir de la estructura inicial que posee una región en torno a una industria o la explotación de un recurso natural. La presencia de actividades relacionadas a una misma base económica incrementa la disponibilidad de insumos (inputs) en una locación delimitada y aumenta los resultados (output), provocando que las empresas tengan una mayor cantidad de recursos comparada con una compañía fuera del cluster.

Como la finalidad es lograr competitividad, las compañías necesitan vínculos con otras organizaciones especializadas en apoyo logístico, servicios de asesorías y otros proveedores de infraestructura; y también requiere de participantes que produzcan conocimiento de punta que se traduzca en aplicaciones de alta competitividad, como instituciones de educación superior, centros de investigación, unidades de apoyo tecnológico e información de vigilancia. 

En castellano, se refiere a los clusters como nodos regionales, en la cual las organizaciones se concentran en un territorio y gracias a esta cercanía geográfica intercambian información que le permite a una industria específica incorporar nuevos eslabones en su cadena productiva. Esto resulta en ventajas comparativas en ciertos sectores del comercio internacional.

Silicon Valley es el cluster más famoso del mundo, debido a la ubicación, dentro de un territorio de algunos kilómetros cuadrados, que integran universidades quienes aportan conocimiento, emprendedores que transfieren ese conocimiento al mundo empresarial, inversionistas dispuestos a apoyar actividades de riesgo y grandes compañías deseosas de alimentarse de ideas frescas e incorporar nuevo capital humano que les permitan innovar.

En torno a Silicon Valley también se han agrupado una serie de participantes que potencian el cluster, como especialistas en propiedad intelectual, doctorados interesados en realizar investigación aplicada de punta, head-hunters que entienden el proceso de emprendimiento tecnológico y logran atraer capital humano avanzado y contadores hábiles en mover las finanzas hasta su máxima expresión para así cruzar el temido "valle de la muerte". En algunos casos, el gobierno ha colocado incentivos para motivar a los participantes a realizar estas actividades de emprendimiento e innovación que son consideradas de alto riesgo. 

La justificación que explica la existencia de los clusters es que para la mayoría de las tecnologías, obtenidas en el laboratorio, se requiere mucho más que simplemente inventar, proteger y anunciarlas. 
Esto debe ser acompañado de actividades complejas como pruebas, ensayos, validación, instalación de producción, capacidades de ingeniería, cadenas de distribución y comercialización, las cuales también son necesarias para explotar una tecnología nueva. En ese contexto se requiere de un alto nivel de coordinación y articulación, que permita a los participantes establecer claras acciones que tiendan a la sinergia.

Dadas estas características es que Silicon Valley es un imán para los inversionistas de nuevas tecnologías. Según un análisis del MIT, Silicon Valley posee un capital de riesgo de $ 11,2 mil millones de dólares, que lograron 12 ofertas públicas 
iniciales en 2012 (IPO, por sus siglas en inglés).  Otros clusters destacados son el Biotech Hub en Boston, Tech City en Londres, Silicon Wadi en Israel, Skolkovo Innovation City en Rusia y Bangalore en India.

En la mayoría de los casos, los clusters nacen de manera espontánea luego de décadas de desarrollo de sus componentes; no obstante, el diseño e inversión pública de nodos puede acelerar el proceso y entregar una plataforma inicial que vaya creciendo en resultados y sofisticación, para lo cual es necesaria una efectiva cooperación entre públicos y privados. Siguiendo el modelo de la triple hélice de la innovación de Etzkowitz (1993), también es indispensable agregar a las universidades presentes en la región dentro del cluster en construcción.

¿Cómo formar un cluster en Chile?

El Programa de Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018) tiene como uno de sus lineamientos centrales dentro del Capítulo de Ciencia, Tecnología e Innovación retomar la política de cluster regionales (pp. 52-53), que deben ser definidos en función a la vocación productiva de cada región, según se cruza en el Capítulo de Descentralización (pp.114-117).


Los siete sectores estratégicos para el desarrollo de clusters en el país (o por su nombre oficial “Programas Estratégicos de Especialización Inteligente”) son: Minería, Turismo, Agroalimentos, Construcción, Economía Creativa, Manufacturas Avanzadas y Pesca y Acuicultura. 

En Chile la formación de clusters en algunas de estas áreas se ha dado de forma natural, aunque tímidamente, con los casos de la minería, en la Región de Antofagasta, y la acuicultura, en la Región de Los Lagos, como los más significativos. En ambos casos, la presencia de compañías líderes mundiales ha significado un impulso a la actividad económica en estas industrias, como han sido BHP Billiton y Marine Harvest. 


No obstante, la formación de empresas proveedoras de productos y servicios que aporten valor a las actividades de estas empresas ha sido débil. Existen pocas evidencias de la introducción de nuevas tecnologías o la diversificación de la productividad, surgidas a raíz de la interacción en estos incipientes clusters


Apuntando a esta debilidad, Corfo también impulsó en el 2015 la creación de centros tecnológicos, que brinden espacio y asistencia a las actividades de transferencia tecnológica, con el fin de mejorar la competitividad de las empresas y al desarrollo económico de su entorno. 


En mi opinión, para alcanzar estos objetivos, los clusters deben fortalecer su sistema de investigación científica, impulsando el desarrollo tecnológico y la innovación, como se observa en la figura a continuación. 



Inserción Capital Humano Avanzado en Nodos Regionales




En el primer apartado resulta clave formar y atraer  suficiente capital humano avanzado, capaz de empujar las fronteras del conocimiento, con un enfoque particular en el área económica que definirá el cluster. A fines del 2014, la Comisión Minería y Desarrollo de Chile sugirió potenciar la capacidad de I+D expandiendo el número de investigadores de excelencia en el área desde 350 en la actualidad hasta mil en el 2025.  

A la vez, para impulsar el desarrollo tecnológico es necesario contar con agentes intermediarios que lleven el conocimiento que esta masa de investigadores va a producir hacia actividades concretas de aplicación. Por tanto, adicionalmente, se requiere aumentar el número de ingenieros especialistas, así como el personal de apoyo tanto técnico como administrativo para labores de transferencia tecnológica.


Por otra parte, el Gobierno debe ubicar incentivos para la proliferación de estas nuevas tecnologías con aplicación en el sector privado, utilizando el vehículo del emprendimiento o licenciamiento y así lograr que éstas lleguen al mercado. Estas actividades de formación de empresas podrían ser desarrolladas por los nuevos magister y doctorados que se están formando con las becas de financiamiento público. 

Al mismo tiempo, se requiere grandes empresas cuyo pilar estratégico sea la innovación basada en la investigación científica. Por ejemplo, Corfo podría alentar a que compañías como Google, Air Products, Alstom, Basf, Chevron, Dow Chemicals, GE y otras consideradas dentro de las más innovadoras del mundo se instalen en Chile con sus laboratorios y departamentos de innovación, solicitándoles que al menos el 30% de sus nuevos productos provengan de una alianza con un socio chileno. De esa manera, se demandará producción y transferencia de conocimiento desde la I+D nacional.  

Y por último, los gobiernos regionales pueden crear unidades específicas de I+D+i con la contratación de profesionales especializados, como aquellos beneficiarios de Becas Chile. Recordemos que éstos solo tienen la obligación de regresar y residir en Chile una vez que terminen sus estudios en el extranjero. Se puede crear un instrumento que permita contratarlos por 3 a 4 años para efectuar tareas de coordinación en la administración pública regional, alentando su retorno al país. 

Se ha comentado que Chile no puede replicar modelos que triunfaron en otros países, como fundar desde cero un cluster tipo Silicon Valley. Eso puede resultar verdadero, si es que no se toman acciones que corrijan las fallas que presenta el actual sistema nacional de innovación. Hoy el Estado tiene una gran oportunidad de diseñar un sistema que al mismo tiempo refleje nuestra realidad y que nos permita avanzar hacia una sociedad basada en el conocimiento. 

2 comentarios:

  1. Excelente artículo, la creación e impulso de clusters de base tecnologica es necesario en toda latinoamerica incluido México, estaria bien crear un grupo de facebook a fin de discutir este topico, interesados enviar mensaje al www.facebook.com/joseph.arriaga.161

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  2. Muy buen artículo. Considero que los clusters deben promocionarse mucho más para evidenciar su aporte a la competitividad en un pais. Sugiriría un artículo sobre estadísticas por tipos de cluster por cada país de latinoamérica. Asi el ranking de clusters también impulsaría y motivaría al desarrollo de las regiones.

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